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jueves, 10 de julio de 2014

Quilmes recordó con memoria agradecida a monseñor Novak

Quilmes recordó con memoria agradecida a monseñor Novak
 Jueves 10 Jul 2014 | 12:54 pm
Quilmes (Buenos Aires) (AICA): Cientos de fieles se congregaron en la catedral de Quilmes para participar de una celebración eucarística en memoria agradecida por el ministerio del primer obispo diocesano, monseñor Jorge Novak, fallecido el 9 de julio de 2001. La misa fue presidida por actual obispo quilmeño, monseñor Carlos José Tissera, quien lo describió como “un misionero de la alegría del Evangelio” para el que la naturaleza de la Iglesia era “salir de sí misma evangelizando”. Asimismo, invitó a la comunidad diocesana a entrar en el camino de la renovación pastoral.

 Cientos de fieles se congregaron en la catedral de Quilmes para participar de una celebración eucarística en memoria agradecida por el ministerio del primer obispo diocesano, monseñor Jorge Novak, fallecido el 9 de julio de 2001. La misa fue presidida por actual obispo quilmeño, monseñor Carlos José Tissera, quien lo describió como “un misionero de la alegría del Evangelio” para el que la naturaleza de la Iglesia era “salir de sí misma evangelizando”. Asimismo, invitó a la comunidad diocesana a entrar en el camino de la renovación pastoral.
 En su homilía, monseñor Tissera lo recordó como un misionero de la alegría del Evangelio”, preparado desde joven en la Congregación del Verbo Divino para difundir en el mundo “la llama de la fe en Dios que es Padre, amor, misericordia”.
 Monseñor Tissera afirmó que su obediencia a Cristo y su Iglesia lo fue haciendo un hombre de servicio, a punto de confiársele en 1976 la diócesis recientemente creada por el papa Pablo VI. “Durante sus veinticinco años de pastor, Quilmes lo conoció como un misionero de la alegría del Evangelio –reseñó el prelado-; con su sobriedad y sencillez, mezcla de su ascendencia alemana y de sus profundas virtudes cristianas, siempre transmitió la paz y la alegría de la comunión con Dios”.
 “El padre obispo Jorge fue un incansable misionero –agregó-. Se encarnó en la cultura de la gente para hacer brillar la luz del evangelio. En medio de las tinieblas del miedo y de la mentira, hizo brillar la luz de la verdad y del amor. Lo que hoy el Papa Francisco nos invita, monseñor Novak no sólo lo enseñó, sino que lo vivió intensamente, y se preocupó que todos se formaran con esa convicción. Tenía muy claro que para la Iglesia, ser fiel a su propia naturaleza no es primordialmente custodiar un depósito de doctrina, sino salir de sí misma evangelizando”.
 Monseñor Tissera también destacó la tarea pastoral de otros obispos fallecidos que “sufrieron, al modo de los profetas, y hoy brillan en nuestro camino de conversión pastoral de la Iglesia”. Se refirió a monseñor Enrique Angelelli, tercer obispo de La Rioja entre 1968 y 1976, y a monseñor Carlos Horacio Ponce de León, tercer obispo de San Nicolás de los Arroyos entre 1966 y 1977.
 Respecto a monseñor Angelelli, expresó: “La semana pasada, el fallo unánime de la justicia demostró que el obispo de los llanos de La Rioja fue asesinado. Mártir de la fe, pastor de los pobres. Con su sangre selló lo que vivió y predicó. Esta Iglesia de Quilmes hoy, recordando a su primer pastor y saluda al pastor de La Rioja, el padre obispo Marcelo Colombo, hijo de esta Iglesia, por su compromiso en pos de la verdad y la justicia; y abrazamos fuertemente al pueblo riojano, a esa Iglesia que monseñor Angelelli amó hasta el extremo”.
 Monseñor Tissera se plegó al pedido del obispo riojano, monseñor Marcelo Colombo, que durante una misa en recuerdo de monseñor Angelelli pidió “prolongar la misión de Jesucristo entre los hombres y transitar sin titubeos, por fidelidad al mismo Señor de la historia, la renovación eclesial, el servicio como contenido y método pastoral, la opción preferencial por los pobres y excluidos, la conversión pastoral de nuestras instituciones y la búsqueda entre todos de la voluntad de Dios para su Iglesia.
 Recordando a monseñor Carlos Ponce de León, el obispo afirmó: “Su palabra fue clara y valiente en épocas de mentiras y de terror; cuando estar junto a los pobres y sus necesidades, era una amenaza para el sistema imperante y motivo para ser marcado como candidato a ser eliminado. Soy testigo de que las amenazas de muerte eran el pan de cada día. Eso no lo frenaba en su trabajo pastoral, ocupado en las cosas sencillas del pastoreo, como también en la preocupación por tantos que quedaban sin trabajo, de madres que lloraban la muerte o desaparición de sus hijos, igualmente preocupado por sus sacerdotes y seminaristas. Fue un evangelizador alegre y entusiasta. También la Iglesia de San Nicolás de los Arroyos lo recuerda como padre, amigo y pastor”.
 “Esta Iglesia de Quilmes, como cada 9 de julio, recuerda al padre obispo Jorge Novak. Hoy queremos renovar el compromiso de caminar por las sendas que él inició aquí, animados por las enseñanzas del Papa Francisco. Son cuatro las motivaciones que nos deben alentar: el amor de Jesús que hemos recibido es la primera motivación pastoral; el gusto espiritual de ser pueblo, estar cerca de la gente; el sentido de misterio, que nos hace reconocer detrás de los aparentes fracasos, la acción misteriosa del Resucitado y de su Espíritu, y la oración de unos por otros. La Virgen Madre de Luján, a quien entrañablemente amaba el padre obispo Jorge, interceda por todos nosotros, para llevar a cabo la conversión pastoral, al modo como él la vivió entre nosotros”, concluyó.+

 Texto completo de la homilía
“Ustedes, hermanos, han sido llamados para vivir en libertad” (Gal. 5, 13) 
Homilía de monseñor Carlos José Tissera, obispo de Quilmes en el tedeum del 9 de julio de 2014 

 Hermanas y hermanos: 
 “¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!”, cantamos en nuestro Himno Nacional. Es el grito que nace de los corazones de los hombres del Congreso de Tucumán el 9 de julio de 1816, cuando juraron la Independencia. Eligen un camino de grandeza, por encima de los pequeños intereses; privilegiaron la unidad para forjar un pueblo. Para eso es la libertad, para elegir caminos superadores, para romper con las individualidades y localismos, para transitar caminos de fraternidad y amistad social. 
 Jesús, en el evangelio que hoy hemos escuchado (Lc. 12, 15-21), nos indica dónde está la raíz de tantos rencores y divisiones entre las personas. Pone el ejemplo de aquel rico que acumuló su cosecha, y se siente satisfecho cuando ya no le queda tiempo para vivir. Nada dice de que ese hombre haya sido injusto, o que haya logrado su fortuna gracias a la corrupción. Tampoco Jesús reprocha que el hombre desee disfrutar de la vida. Pero sí es clara la advertencia del Señor: “Cuídense de toda avaricia, porque aún en medio de la abundancia, la vida de un hombre no está asegurada por sus riquezas”. Jesús recalca que ese hombre estaba preocupado sólo en acumular. Esa preocupación no le deja disfrutar de la vida, y tampoco compartir con los demás. El Señor nos invita a vivir el presente, sabiendo compartir con los demás lo poco o mucho que tenemos. 
 San Pablo, en la carta a los Gálatas que hemos escuchado (Gal. 5, 1.13-17; 22-25), lo expresa así: “el fruto del Espíritu es: amor, alegría y paz, magnanimidad, afabilidad, bondad y confianza, mansedumbre y temperancia”. 
 La Biblia, en distintos textos, nos indica que compartir generosamente es la mejor manera de enriquecerse. Es el modo de estar en paz con Dios y con los demás. Aquí algunos de esas citas: 

 “El hombre generoso prosperará; y al que da de beber el saciarán la sed” (Prov. 11, 25) 

 “El que se apiada del pobre, presta al Señor; y Él le devolverá el bien que hizo” (Prov. 19, 17) 

 “El que da al pobre no conocerá la indigencia; pero el que cierra los ojos lo llenarán de maldiciones” (Prov. 28, 27) 

 “Redime tus pecados en la justicia y tus faltas con la misericordia hacia los pobres; tal vez así tu prosperidad será duradera” (Dn. 4, 24) 

 “Vale más la oración con el ayuno y la limosna con la justicia, que la riqueza con la iniquidad. Vale más hacer limosna que amontonar oro. La limosna libra de la muerte y purifica de todo pecado. Los que dan limosna gozarán de larga vida” (Tobías 12, 8-9) 

 “El que devuelve los favores piensa en lo que vendrá después; y cuando esté por caer, encontrará apoyo” (Eclo. 3, 31) “Tiende la mano también al pobre, y serás plenamente bendecido” (Eclo. 7, 32) 

 “Que el tesoro encerrado en tus graneros sea la limosna, y ella te preservará de todo mal” (Eclo. 29, 12) 

 Esta es la Palabra de Dios que ilumina el camino de nuestra vida y nos libera de la oscuridad del egoísmo y la avaricia. Esa luz es el mismo Jesús que sigue caminando con nosotros. Es el mismo que nos dice: “La verdad los hará libres” (Jn. 8, 32) 
 Herederos de los hombres de Tucumán, a casi 200 años, queremos construir la Nación eligiendo el camino de ser un pueblo que opta por incluir a los más desprotegidos y a los “descartables” de la sociedad del consumismo; un pueblo donde nos reconozcamos necesitados unos de otros, para edificar sobre la roca sólida de la justicia, la verdad, la honestidad, el trabajo digno, el respeto mutuo y el diálogo. 
 Hoy, en nuestra Iglesia de Quilmes, hacemos memoria de la pascua de nuestro primer pastor diocesano, el Padre Obispo Jorge Novak, en su 13º aniversario: amigo de Dios y de los pobres, misionero incansable, defensor de los derechos humanos y servidor de la unidad de los cristianos. Su ejemplo de hombre libre para predicar la verdad del Evangelio, aún a costa de su propia vida. Su ejemplo de vida nos compromete a trabajar por la instauración del Reino de la vida y la justicia, de la libertad y la justicia, de la verdad y del amor. 
 Hoy damos gracias a Dios por esta Patria que como una madre nos acoge y nos cobija, y le pedimos ser Nación, “una Nación cuya identidad sea la pasión por la verdad y el compromiso por el bien común”. 
 Le pedimos, por intercesión de la Virgen de Luján, nos dé “la valentía de la libertad de los hijos de Dios, para amar a todos, sin excluir a nadie”; que nos conceda “la sabiduría del diálogo y la alegría de la esperanza que no defrauda”. Así sea. 

 Mons. Carlos José Tissera, obispo de Quilmes

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