El invicto no se mancha
Por Yanina Pariani
Después de una semana difícil, Boca sintió el cansancio por la seguidilla de partidos y terminó rescatando un empate en Santa Fe, que lo aleja de la punta pero le ayuda a conservar la racha. Unión tuvo las más claras pero no lo aprovechó.
No es un gran resultado, está claro. Para este Boca con aspiración de bicampeonato, el empate en Santa Fe no parece dejarlo conforme. Sin embargo, con las horas de vuelo y los minutos de juego que lleva este equipo, el punto vale. Y, sobre todo, por cómo se dio el partido. Unión fue un poco más. Sin tener tanto la pelota, paradito de contra y ordenado atrás, el equipo de Kudelka lo complicó al punto de convertir a Agustín Orion en figura. No es que haya tenido grandes atajadas, pero su seguridad en momentos complicados le valen el aplauso.
Individualmente, Boca fue más. Por calidad en los pies de quienes manejan la pelota. Pero Riquelme no estuvo en su tarde y los demás no supieron cómo suplir sus toques de magia. Así, entonces, la visita llegó al área sin peso (a excepción de una buena subida de Cvitanich en el primer tiempo) y sin ideas. Tuvo demasiados córners que no supo aprovechar para meter un cabezazo aliviador como otras tardes y, para colmo, Unión empezó a darse cuenta de eso. Puso más gente para la contra y, a medida que se empezó a animar a más, llegaron las amarillas. Orion, Schiavi (que debió salir por lesión en el entretiempo), Roncaglia y Sosa. Así, esperando el error rival, el local casi llega al gol con Velázquez y Jara.
En el segundo tiempo fue Unión otra vez el que tuvo las más claras. Dos apenas, pero que pusieron en riesgo el cero del arco de Boca y el invicto que ahora suma 31 (por torneo local). La primera de Rosales y la segunda de Cárdenas, un tiro de media distancia que Orion retuvo en dos tiempos. ¿Boca? No complicó a Bologna. Por eso, entonces, es que el empate suma más que restar. Aunque Boca haya necesitado una sonrisa más que nunca. Al menos el invicto no se mancha.
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