Apaches
05/08/10
Por Miguel A. Semán
(APe).- Hace muchos años en un artículo titulado “Apaches” Rafael Barret se asombraba de que habiendo multiplicado la tentación y facilitado las venganzas, habiendo mezclado las desesperaciones con las harturas, todavía hubiera gente que se quejara del aumento de la criminalidad.
El artículo se cerraba con una exhortación a los eternos reformadores de códigos: “¡Oh doctores! ¿No comprendéis que los criminales son vuestros propios pensamientos hechos carne y puñal? ¿No comprendéis que el ladrón y el asesino -débiles médiums del crimen de todos- ejecutan vuestros designios mudos? ¿Queréis que no se robe, que no se mate? Pues bien, cerrad vuestros códigos y no codiciéis, no odiéis. Es muy sencillo: sed perfectos. El mundo os imitará silenciosamente”.
Barret murió en 1910 a los 34 años. Un siglo más tarde todavía no hemos sabido entender lo que nos dijo y todavía nos parece natural que haya “doctores”, periodistas, médicos, psicoanalistas, políticos y sectores enteros de la sociedad que crean que el crimen se combate con más castigo y la llamada criminalidad precoz con escarmientos cada vez más precoces.
Cuando en la crónica policial aparecen implicados menores, como en los casos que se ventilan todos los días, evitamos enfocar la mirada sobre los adultos que los reclutan y mandan a matar y morir por monedas. Tal vez no queremos verlos porque, se trate de policías o civiles, se parecen demasiado a nosotros.
Los policías de la federal que hace un par de semanas levantaron a un grupo de pibes en la vereda del Alto Palermo y los torturaron haciéndoles pasar electricidad por el cuerpo, sin uniforme y tomando café en un bar se confundirían con cualquiera de nosotros. Tal vez lleven sus hijos a las mismas escuelas que van los nuestros y compren su comida en los mismos supermercados. Tal vez tengan los mismos sueños y pesadillas que la gente que se dopa con las telenovelas de las nueve de la noche y alcanza casi la sobredosis de estupidez con los gritos de Tinelli.
Los pibes, en cambio, los apaches, diría Barret, son inconfundibles. La distancia que nos separa de ellos es casi insalvable. Comienza con la edad, sigue en la ropa y se concreta en las palabras y los hechos. Como si fuéramos habitantes de distintas galaxias nos miramos sin poder entendernos.
Una vez un pibe de El Jagüel me dijo:
Yo no hacía nada. Estaba sentado en la vereda con un amigo, de golpe llegaron los terrícolas bajaron de la nave y me llevaron.
¿Qué terrícolas?
La poli, dijo. Ustedes.
Tenía razón. Desde su vereda él era el apache, el descolocado, el extraterrestre y nosotros, los dueños del planeta, aunque vivamos del otro lado de la calle y soñemos las mismas pesadillas.
Alicia en el país de las pesadillas
06/08/10
Por Alfredo Grande
“El problema de la enana y del enano fascista, es que no pierden su capacidad de crecimiento”
(aforismo implicado)
“Censuran a León Gieco en Corrientes Por la queja de un padre, la directora de una escuela de la Provincia de Corrientes, pidió que los estudiantes del quinto grado arranquen de sus cuadernos la letra de la canción La memoria de León Gieco. Se consideró que era "inapropiada" y "subversiva". La directora de un colegio primario de la localidad correntina de Mercedes ordenó que los alumnos de quinto grado en ese establecimiento, arranquen de sus cuadernos de música una página con la letra de la canción La memoria, compuesta por León Gieco. La directora de la Escuela 82, Alicia Mónaco, dispuso la medida tras calificar la letra cuestionada de "inapropiada" para los estudiantes, presuntamente debido a la queja de un ex militar, padre de uno de los alumnos, que la calificó como subversiva". Por su parte, Mónaco admitió ante medios radiales de Mercedes que había ordenado retirar la letra del cuaderno de los chicos porque la consideraba "no adecuada" para los alumnos y que "varios padres se quejaron de la letra". Hilda Pressman, referente de organizaciones de derechos humanos en Corrientes, indicó que "el tema La Memoria de León Gieco, habla únicamente acerca de tener memoria sobre lo sucedido en la historia" y manifestó que "no sólo porque a un padre o directivo se le ocurre borrar la historia, se le va a negar a los chicos conocer la verdad".
(Fuente: Agencia Walsh y Foro de Psicoanálisis Implicado 30-07-2010)
(APe).- Hace muchos años, y creo haberlo contado, pero tengo dificultades en recordar cuestiones lejanas lo que prueba que no todo está clavado en la memoria, escribí un trabajo titulado: “El analizador Che Guevara y los héroes necesarios”. Es una crítica a la política de derechos humanos del gobierno de Raúl Alfonsín, mucho antes que fuera considerado el “padre de la democracia”. La primera crítica, en realidad reproche, era si yo quería que volvieran los militares. Esta política del cuco, también denominada del hombre de la bolsa, es una de las formas más lamentables de “real politik”. La destrucción de la bestia fascista es muchísimo mas compleja que el juicio a los máximos responsables del genocidio, que mas allá que debe continuar, incluyendo la pena de muerte por la infame traición a la patria. Y muchísimo menos espectacular y mediática que descolgar un cuadro del General “asesino serial”, Jorge R Videla. Si pudiéramos admitir que una política gubernamental en defensa de los derechos humanos es posible, debería empezar por un ataque a las políticas educativas, sanitarias, alimentarias, habitacionales, que propician la violación sistemática de los derechos humanos. Para muestra basta un botón, si a ese botón lo pensamos como un analizador. El acto de Alicia Mónaco es justamente el contrario que realizara el profesor Keating en la inolvidable “La sociedad de los poetas muertos”. Un debate en ese momento era determinar la causa del suicidio del adolescente. No pocos profesionales, embanderados y embarrados en un concepto de la salud mental que no se enfrenta con los mandatos de la cultura represora, no dudaron en culpar al maestro. El había indicado que arrancaran las páginas de un libro de un ignoto Pritchard donde se “enseñaba” a escribir poesía. Arrancar esas espantosas páginas que intentaban dogmatizar el arte, fue un acto de libertad, porque reprimía al represor. Desde ya, un acto violento. Pero el tema no es la violencia como categoría psicosocial, política o histórica, sino hacia donde dirigimos esa fuerza. En ese sentido, Mónaco y Keating no solamente no son lo mismo, sino que además son lo contrario y son incompatibles. Nuestra enana fascista, que con toda seguridad seguirá creciendo, siguiendo los consejos del inefable Pancho Ibañez, tomando todo el danonino necesario, reprime nuevamente al reprimido. El padre militar, que como todos saben, debe ser mas militar que padre, considera que la letra es subversiva. Tiene razón. La derecha siempre tiene razón, pero es una racionalidad represora. La letra subvierte la versión de los genocidas, también conocida como la historia oficial. Pero debo criticar las afirmaciones atribuidas a Hilda Presman. El tema de León Gieco no habla solamente de tener memoria, no es un jarabe contra el alzheimer. Lo que esa letra señala es que como la memoria no es neutral, y recordamos no lo que queremos sino lo que podemos, esa memoria tiene que ser ayudada. Justamente, para desclavarla de la memoria. Y para sacarnos esos clavos y que no queden en la cabeza como en la publicidad alucinatoria de geniol, es necesario que un Observatorio sobre las violaciones de los derechos tenga en su mira este presente, sin que eso implique olvidar ese pasado y mucho menos, anticipar ese futuro. Pero el presente, el hoy no de la coyuntura pero si el hoy de la estructura que se actualiza en la vida cotidiana, debe ser descubierto y castigado. Después del fallo en el juicio a las juntas militares (realizado en el año 18 AK)1, quedó probado que se trato de una planificación sistemática. Por lo tanto todo intento de encubrir, revindicar, negar o auspiciar el terrorismo de estado, es también un delito. En este caso, agravado por la relación docente alumno que le otorga al adulto un predicamento especial. Y si la letra de León es inapropiada para los alumnos, supongo que la letra del Nunca Más, con el agregado del nuevo prólogo, no debe ser apropiada para la directora. La conclusión es que es una directora no apropiada y debe ser removida ya, ahora que todavía es enana. Y de paso sin cañazo, a ese que es más militar que padre, citarlo para que reafirme sus dichos ante un tribunal, luego de que el ministerio público lo enjuicie por apología del delito. La cultura represora se publicita en los gigantes pero se reproduce en los enanos. Ese burgués pequeño, pequeño, que en realidad es un fascista contrariado. Las cosas o las hacemos hasta las últimas consecuencias, o nuevamente habrá mas penas y olvidos. Lo digo con mayor rigor: Biolcatti es menos peligroso que Mónaco. Porque me parece que este Gobierno no pretende la reforma agraria, así que tenemos sociedad rural para rato. Pero la enseñanza no es un feudo oligárquico. La ley 1420 rige. Por lo tanto no es necesario grandes proezas emancipadoras. Simplemente tomar nota del asunto y decirle a Mónaco que puede irse con sus cretinadas reaccionarias a tomar un té con Cecilia Pando. O a almorzar con la Chiquita Legrand. Nosotros seguiremos cantando con León Gieco, pensando con León Rozitchner, disfrutando del arte con León Ferrrari y rugiendo como el León de la Metro. Todo para no morir con Alicia y su país de las pesadillas.
1 El autor se refiere al hecho que el presidente Néstor Kirchner no mencionó el valioso antecedente de este Juicio, único al menos en Latinoamérica, cuando descuelga la foto de Videla. El juicio fue en el año 1985 y el mandato de Kirchner empieza en el 2003, veinte años después.
País - paradoja
02/08/10
Por Silvana Melo
(APe).- “Esta es la Argentina del Bicentenario. Un país inmensamente rico, que está lleno de pobres”. La cita es, tal vez, el paradigma del país - paradoja. De la patria de los picos y los valles. De las cimas y las profundidades. Una foto cruda de la tierra desigual, discordante, irregular. Del país de los dirigentes sin pasado, de la riqueza concentrada, de las rémoras que cuelgan del sistema como la ropa del tendedero en medio del huracán. “Esta es la Argentina del Bicentenario. Un país inmensamente rico, que está lleno de pobres”: palabras que desde el palco de la Sociedad Rural, en boca de dirigentes que hablan de pobreza con repentización google, sin asumir ningún tipo de responsabilidad en la producción serial de esa pobreza. Palabras vestidas con la bufanda larga de la hipocresía y profundamente contradictorias: “no queremos un país que deposite cada vez más pobres y desocupados en las villas miseria del conurbano de esta gran ciudad”. Sería hora de revelar las identidades, nombres, apellidos, razones sociales, cargos e historias de los depositantes.
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Zarpazos a la infancia
30/07/10
Por Claudia Rafael
(APe).- “Busco que la juventud tenga una contención y que les enseñen el respeto a la patria, a la bandera, a la familia. Respeto al plato de comida”, dijo desde su principado sojero allá en el norte, donde la brecha entre la obscenidad de la riqueza más escandalosa y la nada eterna sobre la mesa se hace dolorosa herida cotidiana. Y trascendió las fronteras de su patria chica para llevar el proyecto a ley nacional que rija las vidas argentinas.
Hubo un tiempo en que la infancia era un territorio hermoso y protegido. Digno de ser vivido. En donde la vida entera era un juego cotidiano. En que la muerte era un universo inasible porque no formaba parte de las premisas de aquella otra felicidad. La muerte era la de los otros. La de los viejos. La de quienes ya habían transitado todos los caminos.
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Si desea enviarnos un mensaje, puede hacerlo a
agenciapelota@pelotadetrapo.org.ar
05/08/10
Por Miguel A. Semán
(APe).- Hace muchos años en un artículo titulado “Apaches” Rafael Barret se asombraba de que habiendo multiplicado la tentación y facilitado las venganzas, habiendo mezclado las desesperaciones con las harturas, todavía hubiera gente que se quejara del aumento de la criminalidad.
El artículo se cerraba con una exhortación a los eternos reformadores de códigos: “¡Oh doctores! ¿No comprendéis que los criminales son vuestros propios pensamientos hechos carne y puñal? ¿No comprendéis que el ladrón y el asesino -débiles médiums del crimen de todos- ejecutan vuestros designios mudos? ¿Queréis que no se robe, que no se mate? Pues bien, cerrad vuestros códigos y no codiciéis, no odiéis. Es muy sencillo: sed perfectos. El mundo os imitará silenciosamente”.
Barret murió en 1910 a los 34 años. Un siglo más tarde todavía no hemos sabido entender lo que nos dijo y todavía nos parece natural que haya “doctores”, periodistas, médicos, psicoanalistas, políticos y sectores enteros de la sociedad que crean que el crimen se combate con más castigo y la llamada criminalidad precoz con escarmientos cada vez más precoces.
Cuando en la crónica policial aparecen implicados menores, como en los casos que se ventilan todos los días, evitamos enfocar la mirada sobre los adultos que los reclutan y mandan a matar y morir por monedas. Tal vez no queremos verlos porque, se trate de policías o civiles, se parecen demasiado a nosotros.
Los policías de la federal que hace un par de semanas levantaron a un grupo de pibes en la vereda del Alto Palermo y los torturaron haciéndoles pasar electricidad por el cuerpo, sin uniforme y tomando café en un bar se confundirían con cualquiera de nosotros. Tal vez lleven sus hijos a las mismas escuelas que van los nuestros y compren su comida en los mismos supermercados. Tal vez tengan los mismos sueños y pesadillas que la gente que se dopa con las telenovelas de las nueve de la noche y alcanza casi la sobredosis de estupidez con los gritos de Tinelli.
Los pibes, en cambio, los apaches, diría Barret, son inconfundibles. La distancia que nos separa de ellos es casi insalvable. Comienza con la edad, sigue en la ropa y se concreta en las palabras y los hechos. Como si fuéramos habitantes de distintas galaxias nos miramos sin poder entendernos.
Una vez un pibe de El Jagüel me dijo:
Yo no hacía nada. Estaba sentado en la vereda con un amigo, de golpe llegaron los terrícolas bajaron de la nave y me llevaron.
¿Qué terrícolas?
La poli, dijo. Ustedes.
Tenía razón. Desde su vereda él era el apache, el descolocado, el extraterrestre y nosotros, los dueños del planeta, aunque vivamos del otro lado de la calle y soñemos las mismas pesadillas.
Alicia en el país de las pesadillas
06/08/10
Por Alfredo Grande
“El problema de la enana y del enano fascista, es que no pierden su capacidad de crecimiento”
(aforismo implicado)
“Censuran a León Gieco en Corrientes Por la queja de un padre, la directora de una escuela de la Provincia de Corrientes, pidió que los estudiantes del quinto grado arranquen de sus cuadernos la letra de la canción La memoria de León Gieco. Se consideró que era "inapropiada" y "subversiva". La directora de un colegio primario de la localidad correntina de Mercedes ordenó que los alumnos de quinto grado en ese establecimiento, arranquen de sus cuadernos de música una página con la letra de la canción La memoria, compuesta por León Gieco. La directora de la Escuela 82, Alicia Mónaco, dispuso la medida tras calificar la letra cuestionada de "inapropiada" para los estudiantes, presuntamente debido a la queja de un ex militar, padre de uno de los alumnos, que la calificó como subversiva". Por su parte, Mónaco admitió ante medios radiales de Mercedes que había ordenado retirar la letra del cuaderno de los chicos porque la consideraba "no adecuada" para los alumnos y que "varios padres se quejaron de la letra". Hilda Pressman, referente de organizaciones de derechos humanos en Corrientes, indicó que "el tema La Memoria de León Gieco, habla únicamente acerca de tener memoria sobre lo sucedido en la historia" y manifestó que "no sólo porque a un padre o directivo se le ocurre borrar la historia, se le va a negar a los chicos conocer la verdad".
(Fuente: Agencia Walsh y Foro de Psicoanálisis Implicado 30-07-2010)
(APe).- Hace muchos años, y creo haberlo contado, pero tengo dificultades en recordar cuestiones lejanas lo que prueba que no todo está clavado en la memoria, escribí un trabajo titulado: “El analizador Che Guevara y los héroes necesarios”. Es una crítica a la política de derechos humanos del gobierno de Raúl Alfonsín, mucho antes que fuera considerado el “padre de la democracia”. La primera crítica, en realidad reproche, era si yo quería que volvieran los militares. Esta política del cuco, también denominada del hombre de la bolsa, es una de las formas más lamentables de “real politik”. La destrucción de la bestia fascista es muchísimo mas compleja que el juicio a los máximos responsables del genocidio, que mas allá que debe continuar, incluyendo la pena de muerte por la infame traición a la patria. Y muchísimo menos espectacular y mediática que descolgar un cuadro del General “asesino serial”, Jorge R Videla. Si pudiéramos admitir que una política gubernamental en defensa de los derechos humanos es posible, debería empezar por un ataque a las políticas educativas, sanitarias, alimentarias, habitacionales, que propician la violación sistemática de los derechos humanos. Para muestra basta un botón, si a ese botón lo pensamos como un analizador. El acto de Alicia Mónaco es justamente el contrario que realizara el profesor Keating en la inolvidable “La sociedad de los poetas muertos”. Un debate en ese momento era determinar la causa del suicidio del adolescente. No pocos profesionales, embanderados y embarrados en un concepto de la salud mental que no se enfrenta con los mandatos de la cultura represora, no dudaron en culpar al maestro. El había indicado que arrancaran las páginas de un libro de un ignoto Pritchard donde se “enseñaba” a escribir poesía. Arrancar esas espantosas páginas que intentaban dogmatizar el arte, fue un acto de libertad, porque reprimía al represor. Desde ya, un acto violento. Pero el tema no es la violencia como categoría psicosocial, política o histórica, sino hacia donde dirigimos esa fuerza. En ese sentido, Mónaco y Keating no solamente no son lo mismo, sino que además son lo contrario y son incompatibles. Nuestra enana fascista, que con toda seguridad seguirá creciendo, siguiendo los consejos del inefable Pancho Ibañez, tomando todo el danonino necesario, reprime nuevamente al reprimido. El padre militar, que como todos saben, debe ser mas militar que padre, considera que la letra es subversiva. Tiene razón. La derecha siempre tiene razón, pero es una racionalidad represora. La letra subvierte la versión de los genocidas, también conocida como la historia oficial. Pero debo criticar las afirmaciones atribuidas a Hilda Presman. El tema de León Gieco no habla solamente de tener memoria, no es un jarabe contra el alzheimer. Lo que esa letra señala es que como la memoria no es neutral, y recordamos no lo que queremos sino lo que podemos, esa memoria tiene que ser ayudada. Justamente, para desclavarla de la memoria. Y para sacarnos esos clavos y que no queden en la cabeza como en la publicidad alucinatoria de geniol, es necesario que un Observatorio sobre las violaciones de los derechos tenga en su mira este presente, sin que eso implique olvidar ese pasado y mucho menos, anticipar ese futuro. Pero el presente, el hoy no de la coyuntura pero si el hoy de la estructura que se actualiza en la vida cotidiana, debe ser descubierto y castigado. Después del fallo en el juicio a las juntas militares (realizado en el año 18 AK)1, quedó probado que se trato de una planificación sistemática. Por lo tanto todo intento de encubrir, revindicar, negar o auspiciar el terrorismo de estado, es también un delito. En este caso, agravado por la relación docente alumno que le otorga al adulto un predicamento especial. Y si la letra de León es inapropiada para los alumnos, supongo que la letra del Nunca Más, con el agregado del nuevo prólogo, no debe ser apropiada para la directora. La conclusión es que es una directora no apropiada y debe ser removida ya, ahora que todavía es enana. Y de paso sin cañazo, a ese que es más militar que padre, citarlo para que reafirme sus dichos ante un tribunal, luego de que el ministerio público lo enjuicie por apología del delito. La cultura represora se publicita en los gigantes pero se reproduce en los enanos. Ese burgués pequeño, pequeño, que en realidad es un fascista contrariado. Las cosas o las hacemos hasta las últimas consecuencias, o nuevamente habrá mas penas y olvidos. Lo digo con mayor rigor: Biolcatti es menos peligroso que Mónaco. Porque me parece que este Gobierno no pretende la reforma agraria, así que tenemos sociedad rural para rato. Pero la enseñanza no es un feudo oligárquico. La ley 1420 rige. Por lo tanto no es necesario grandes proezas emancipadoras. Simplemente tomar nota del asunto y decirle a Mónaco que puede irse con sus cretinadas reaccionarias a tomar un té con Cecilia Pando. O a almorzar con la Chiquita Legrand. Nosotros seguiremos cantando con León Gieco, pensando con León Rozitchner, disfrutando del arte con León Ferrrari y rugiendo como el León de la Metro. Todo para no morir con Alicia y su país de las pesadillas.
1 El autor se refiere al hecho que el presidente Néstor Kirchner no mencionó el valioso antecedente de este Juicio, único al menos en Latinoamérica, cuando descuelga la foto de Videla. El juicio fue en el año 1985 y el mandato de Kirchner empieza en el 2003, veinte años después.
País - paradoja
02/08/10
Por Silvana Melo
(APe).- “Esta es la Argentina del Bicentenario. Un país inmensamente rico, que está lleno de pobres”. La cita es, tal vez, el paradigma del país - paradoja. De la patria de los picos y los valles. De las cimas y las profundidades. Una foto cruda de la tierra desigual, discordante, irregular. Del país de los dirigentes sin pasado, de la riqueza concentrada, de las rémoras que cuelgan del sistema como la ropa del tendedero en medio del huracán. “Esta es la Argentina del Bicentenario. Un país inmensamente rico, que está lleno de pobres”: palabras que desde el palco de la Sociedad Rural, en boca de dirigentes que hablan de pobreza con repentización google, sin asumir ningún tipo de responsabilidad en la producción serial de esa pobreza. Palabras vestidas con la bufanda larga de la hipocresía y profundamente contradictorias: “no queremos un país que deposite cada vez más pobres y desocupados en las villas miseria del conurbano de esta gran ciudad”. Sería hora de revelar las identidades, nombres, apellidos, razones sociales, cargos e historias de los depositantes.
Ver nota completa en el sitio original
Zarpazos a la infancia
30/07/10
Por Claudia Rafael
(APe).- “Busco que la juventud tenga una contención y que les enseñen el respeto a la patria, a la bandera, a la familia. Respeto al plato de comida”, dijo desde su principado sojero allá en el norte, donde la brecha entre la obscenidad de la riqueza más escandalosa y la nada eterna sobre la mesa se hace dolorosa herida cotidiana. Y trascendió las fronteras de su patria chica para llevar el proyecto a ley nacional que rija las vidas argentinas.
Hubo un tiempo en que la infancia era un territorio hermoso y protegido. Digno de ser vivido. En donde la vida entera era un juego cotidiano. En que la muerte era un universo inasible porque no formaba parte de las premisas de aquella otra felicidad. La muerte era la de los otros. La de los viejos. La de quienes ya habían transitado todos los caminos.
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